Historia

Si hablamos de inclusión hablamos de participación

El Instituto Superior de Formación Docente N° 1 “Abuelas de Plaza de Mayo” se encuentra emplazado en la localidad de Piñeyro, partido de Avellaneda, zona que pertenece al primer cordón de la Provincia de Buenos Aires. Posee una matrícula de alrededor de 3200 estudiantes y una planta de más de 200 docentes. Funciona en los tres turnos y dicta las siguientes carreras de formación inicial:

Profesorado de Educación Primaria

Profesorado de Educación Inicial

Profesorado de Educación Especial es sus cuatro caracterizaciones: intelectual, neuromotor, ciegos y disminuídos visuales, y sordos e hipoacúsicos.

Profesorado de Educación Secundaria en Lengua y Literatura

Profesorado de Educación Secundaria en Historia

Profesorado de Educación secundaria en Geografía

Asimismo cuenta con una propuesta de formación docente continua que incluye postítulos, especializaciones y trayectos formativos destinados a la actualización permanente de las y los trabajadores de la Educación. Desde su creación se ha destacado en áreas como: Atención Temprana del Desarrollo Infantil (ATDI), Educación Primaria de Adultos, Tramos de formación pedagógica para profesionales y técnicos, Educación Primaria y TIC, Derechos Humanos, entre otras.

Posicionamiento ético-político-pedagógico

En los últimos años y en consonancia con las políticas públicas de valoración del trabajo colectivo y de participación estudiantil hemos centrado la tarea de enseñanza, discusión y reflexión pensando en un sistema educativo inclusivo. En los últimos años dichas políticas de inclusión se materializaron a través de diferentes normativas que parten del reconocimiento de los sujetos que los tiene como principales actores. Pensar en los/las jóvenes y adultos que transitan los ISFD en la actualidad implica entender algunas problemáticas que los/las mismas atraviesan, desde una perspectiva histórica, social y cultural, desde su heterogeneidad y como sujetos políticos que poseen derechos y responsabilidades que hacen a la construcción de su ciudadanía. Sin lugar a dudas, este entramado permitió que en los últimos años sectores históricamente excluidos de la educación se integraran siendo necesario hoy garantizar su permanencia y la terminalidad de sus estudios.

Por lo tanto, es fundamental que en las instituciones de Nivel Superior se puedan generar condiciones para acompañar sus trayectos entendiendo que la participación estudiantil y la valoración del trabajo colectivo son piezas fundamentales de este entramado que se basa en la centralidad de los/las estudiantes en su condición de sujetos de derecho (Res. CFE N° 23/07).

A partir de la sanción de la Ley de Educación Nacional de Educación N° 26.206, en 2006, se establece un nuevo piso para el ordenamiento de políticas y prioridades al definirse a la educación como “bien público y un derecho personal y social que el Estado garantiza”Por supuesto, la Ley de Financiamiento Educativo será la condición material ineludible para sostener la agenda de transformaciones que  la realización efectiva de los derechos exige ya que cuando la decisión de la inversión en educación disminuye y la distribución del ingreso es cada vez más injusta, el sistema educativo indudablemente se resiente.

En este entramado, la formación docente es una pieza clave de la política educativa y desde nuestra institución; entendemos que lo que subyace a los procesos de formación docente es el sentido ético político de la tarea que, enmarcada en la normativa, permite materializarse en este sentido en acciones concretas y en una dinámica particular como manera de trabajar con los estudiantes y con los docentes. Podemos identificar:

*En primer lugar, la implementación de pedagogías que podríamos llamar emancipatorias que permiten pensar en una educación más justa. Hoy las prácticas de enseñanza han incrementado su complejidad: la mutación de las finalidades educativas, la diversidad de los grupos de alumnos, la persistencia en las desigualdades en el acceso a los bienes culturales, son algunos ejemplos que permiten dar cuenta de esta situación.

* En segundo lugar, la comunidad educativa del ISFD N°1 considera como pilar la democratización de las instituciones escolares y a esto como condición para la inclusión. Teniendo en cuenta el artículo 124 de la Ley de Educación Nacional N° 26206: “Los institutos de educación superior tendrán una gestión democrática, a través de organismos colegiados, que favorezcan la participación de los/las docentes y de los/las estudiantes en el gobierno de la institución y mayores grados de decisión en el diseño e implementación de su proyecto institucional”.

Podemos afirmar que esta democratización, en nuestra institución, se pone en práctica a través de tres actores fundamentales:

 

1- CAI (Consejo Académico Institucional)

Este consejo permite garantizar la participación de docentes, estudiantes, y  auxiliares en la toma de decisiones e instancias de control, que aseguren el carácter público de las acciones. (Res. CFE N° 72/08). La  LEN establece que los claustros de docentes y estudiantes deben integrarse al nivel del gobierno institucional, de manera que se garantice una adecuada representatividad de los propios actores de la formación docente.

El Consejo está compuesto por un integrante del Equipo de Conducción del Establecimiento, por representantes del Claustro Docente, del Claustro de No Docentes y del Claustro de Estudiantes.

Dentro del CAI las comisiones interclaustros debate producen y revisan de forma permanente los siguientes documentos institucionales:

  • Acuerdo de convivencia
  • Proyecto institucional de Práctica y Residencia
  • Plan Institucional de Evaluación (PIE)
  • Condiciones para el Ingreso, permanencia y egreso (enmarcadas en la Res: 4043).
  • Acompañamiento a las trayectorias estudiantiles
  • Ayudantías
  • Tutorías docentes
  • Comisión DDHH y Género
  • Proyectos de Investigación y Extensión
  • Bienestar estudiantil

2- CIPE (Coordinadora Institucional de Políticas Estudiantiles)

Como política concreta de democratización también contamos con la CIPE que es quien motoriza y lleva adelante el fortalecimiento de las trayectorias estudiantiles. Tiene un rol central en acompañar la generación de condiciones institucionales que alienten la participación de las distintas voces, el diálogo entre los estudiantes, entre estudiantes y profesores, entre estudiantes y directivos, y también en estrechar el vínculo entre el instituto y el resto de la comunidad. Trabaja intensamente junto al centro de estudiantes.

En el Instituto trabajamos en la democratización institucional que apunta a alentar la participación de los estudiantes en una gestión democrática.  Para que la voz del estudiante sea reconocida en los procesos institucionales de toma de decisiones, hay que dotarla de institucionalidad y el desarrollo de proyectos de construcción colectiva con estudiantes, en nuestra institución, en conjunción con el centro de estudiantes, se pusieron en práctica los siguientes proyectos:

  • Proyecto de voluntariado, con escuelas asociadas, en el que participan más de 100 estudiantes
  • Proyecto de digitalización del material de estudio
  • Proyecto de Inclusión de estudiantes con discapacidad
  • Talleres de lengua de señas
  • Trabajo de articulación entre carreras
  • Concientización sobre integración

3- Centro de estudiantes

La LEN y los Acuerdos Federales Res. CFE 188/12; Res. CFE N° 140/11 imponen el desarrollo de esta instancia de representación del y hacia el propio colectivo estudiantil. El Centro de Estudiantes trabaja mancomunadamente con la CIPEs y con el CAI conformándose  también en  un ámbito privilegiado para la formación política de los/las estudiantes. Este colectivo promueve:

  • La constitución de grupos de trabajo y equipos de investigación que se vinculen con los establecimientos educativos de la zona de influencia de la institución para realizar tareas de apoyo, de acompañamiento y reflexión crítica de las prácticas educativas.
  • Organiza encuentros con trabajadores de la educación de los diferentes niveles y de diversas experiencias para poner en circulación entre las/los estudiantes distintas formas de trabajo y las preocupaciones e intereses de otros educadores en la búsqueda de nuevos saberes y prácticas sobre el trabajo pedagógico.

 

Palabras finales

En el marco de la LEN, en los últimos años se propició fuertemente la democratización de las instituciones y participación estudiantil organizada, y en nuestra  experiencia se evidencia que el trabajo de los colectivos  enriquece miradas en la construcción de un sistema educativo inclusivo. Entendiendo desde cada uno de esos lugares de participación, que cuando hablamos de Incluir no se trata ni de “mantener» “sostener» o “retener” estudiantes por su estado de déficit, porque no pueden otra cosa, porque escolarizarlos es una solución…aunque esto no implique acceder al conocimiento y a fortalecer los aprendizajes…, no se los incluye porque son “jóvenes disminuidos”, “socialmente difíciles”, “de estado vulnerable”, de “condición económica deplorable”, “en riesgo social y afectivo», sino por el contrario, porque SON y ES su DERECHO seguir siendo en esta etapa de sus vidas, también, ESTUDIANTES. Tratando de  generar otros sentidos a la escolaridad dando lugar a una verdadera comunidad de aprendizaje que piense a la educación como derecho que permite romper con la matriz tradicional y exclusiva de la escuela.

Nuestro instituto también habilita la oportunidad de vincularse con el otro, de cuidarse con el otro, con la intención de que se produzca la incorporación de todos los sujetos en el mundo  profundizando la ciudadanía y dando lugar a la construcción de la justicia social a través de la posibilidad  que todos  los “yoes” puedan participar activamente, en condiciones de libertad e igualdad, no solo en el espacio político en sentido restringido (el gobierno del Estado) sino también en todos los otros espacios sociales en donde se desenvuelve su vida cotidiana y en donde el estudiante construye “modularmente” su identidad personal.

Es por eso que  sostenemos que el desafío es poder continuar con  las condiciones necesarias para que en las escuelas puedan darse procesos de aprendizaje donde se personalicen los trayectos educativos,  y en donde  la participación del estudiante en acciones de gobierno  permita  la construcción de un lazo social que entrame la filiación simbólica en un mundo más democrático;  profundizando la ciudadanía y dando lugar a la construcción de lo político en los diversos campos de la experiencia cotidiana. Un proceso que debe incidir en la construcción de una sociedad con igualdad y justicia social, basada en la democratización del conocimiento.

Bibliografía:

  • Ley Nacional de Educación N° 26206/06
  • Ley Nacional de Centros de Estudiantes Ley N° 26.877/13
  • Res. CFE N° 23/07
  • Res. CFE N° 72/08
  • Res. CFE N° 140/11 y Anexo
  • Resolución CFE N°167/12 – Anexo
  • Res. CFE N° 188/12
  • LITWIN, E. (1997). Las configuraciones didácticas: una nueva agenda para la enseñanza superior. Paidós.
  • BENJAMIN, Walter (1933) Experiencia y pobreza.
  • BENJAMIN, Walter (1993)  Metafísica de la juventud .Editorial Paidós.
  • DUBET Y MARTUCCHI,  En la escuela sociología de la experiencia escolar Biblioteca Pedagógica. Editorial Losada.
  • SKLIAR Y TÉLLEZ, (2008) Conmover la Educación. Ensayos para una Pedagogía de las diferencias. Noveduc.

 

Cartografía del ISFD N°1:

Hecho con Padlet